Como muchos sabéis, mi formación en cocina vegetariana fue autodidacta en un principio, para posteriormente entrar en el mundo natural estudiando naturopatía y macrobiótica. Aunque en estos momentos no practico la macrobiótica estricta, si que he conservado muchos de sus principios en mi alimentación diaria.
Con los años toqué distintos «palos»….higienismo, crudiveganismo…. pero ninguna de estas opciones me ha convencido totalmente. O no, al menos, para nuestro clima mediterráneo. Es cierto que el crudiveganismo me encantó para los meses más cálidos del verano, pero cuando empieza el frío en serio, soy incapaz de tomar nada crudo más allá de algo de zumo, o algún batido verde, o algo de fruta y ensalada.
La opción de la fruta cocida es muy macrobiótica, y realmente me sienta fenomenal. Es muy equilibrante para los meses de invierno y para mí, en estos momentos, recién aterrizada en Mallorca, después de unos días en Japón, donde he comido francamente mal, en parte por capricho, y en parte, por que me ha resultado difícil comer vegetariano y EQUILIBRADO. Me he pasado con el azúcar, lo reconozco, y he vuelto con un organismo hecho trizas.
El finde todavía seguía con el chip de las vacaciones y además, tuvimos una comida familiar, con lo cual….seguí abusando del azúcar….
El lunes, nada más despertar tuve el antojo de compota de manzana. Había dejado preparada la noche anterior una mousse de chía. (Cierto, todavía no he subido la receta…..) pero la necesidad de hacer compota de manzana estaba ahí. No nos olvidemos que nuestro organismo tiene mucha memoria y el antojo era ese SOS de mi organismo para equilibrarse.
Así que fue lo primero que hice…..
COMPOTA DE MANZANA
INGREDIENTES:
- 2 manzana grandes
- 1/2 taza de pasas
- agua
- una pizca de sal
PREPARACIÓN:
Es tan sencillo como poner todos los ingredientes en un cazo. Cantidad de agua: la necesaria para cubrir el fondo del cazo. Poner en un fuego pequeño al mínimo de llama y dejar cocer hasta que la manzana esté bien tierna. Si lo prefieres, puedes batir después con una batidora de brazo para que quede más fino o con un tenedor, chafar para una textura más gruesa. A mi me gusta sin chafar ni triturar.
Al final me lo comí con la mousse de chía y un poco de granola.